El sitio de Tayabas y su capitulación el 15 de agosto de 1898 ¿Los últimos de Filipinas?

Tayabas es una gran bahía y también recibía el mismo nombre una provincia y su capital, situadas concretamente en la parte sur de la isla de Luzón, la isla de mayor superficie del archipiélago de Filipinas. Hoy en día esta provincia se llama Quezón.
La Guerra hispano-estadounidense, conocida en España como Guerra de Cuba, fue un conflicto bélico que enfrentó a España y a los Estados Unidos en 1898, resultado de la intervención estadounidense en la guerra de Independencia cubana. El 15 de febrero de 1898 la explosión del Maine fue la excusa perfecta para que EEUU entrara en conflicto directo con España el veinticinco de Abril de 1898. Esto dio alas a los revolucionarios en Filipinas y la guerra se reactivó con total crudeza.
Los regimientos y milicias indígenas mataban a sus oficiales peninsulares y se pasaban al Katipunan, los cruceros norteamericanos recorrían la costa desembarcando armas,y el carismático general Aguinaldo,tagalo,regresó de su exilio en Hong Kong,y tomó el mando de la lucha contra los españoles.
El comandante Pacheco,jefe militar de Tayabas, ordenó que las dispersadas guarniciones de la provincia se concentraran en la cabecera. Sobre la ciudad de Tayabas se replegaron las fuerzas que habían permanecido fieles a España.
En junio de 1898 un ejército del Katipunan al mando del general Malvar y Carpio, avanzó sobre la pequeña ciudad. Miguel Malvar y Carpio fue un militar y político filipino que sirvió en el ejército durante la Revolución filipina y posteriormente durante la guerra filipino-estadounidense.
A Malvar se le conoce como un "Katipunero original" puesto que entró al partido Katipunan antes de iniciarse la revolución Filipina. En agosto de 1896 Malvar fue promovido por sus notables habilidades de liderazgo, por lo cual pasó de dirigir un grupo de aproximadamente 70 hombres, a ser el comandante de las Fuerzas Revolucionarias en la Provincia de Batangas.
En Tayabas fueron quince mil insurrectos tagalos los que atacarían a los cuatrocientos cincuenta españoles. Para defender la ciudad se encontraban emplazados treinta y cuatro cañones, pero no había pólvora para dispararlos.
El comandante Pacheco ordenó unir con una trinchera los edificios más solidos de Tayabas: el tribunal,el gobierno civil,la cárcel y la iglesia franciscana. Situó una avanzada en una ermita para que no le sorprendiese ningún ataque, se aprovisionó de cuantos alimentos le fue posible y envió mensajeros a Manila ,informando de lo desesperado de la situación. Durante la noche del 12 de Junio de 1898,los veinte mil habitantes de Tayabas abandonaron sigilosamente sus hogares.
A partir de aquí se sucedieron combates, asaltos, luchas cuerpo a cuerpo... Los defensores hispanos lucharon día tras día, semana tras semana. Ni en un solo momento dejaron de ser bombardeados por la artillería tagala.
Exhausta, famélica, devorada por la malaria, la guarnicion de Tayabas agotó las medicinas, las municiones y los alimentos. Muertos once soldados de hambre, pronto serían muchos más. Los centinelas, incapaces de tenerse en pie, debieron hacer guardia sentados.
La situación se iba volviendo cada vez más desesperada, el ejército sitiador crecía y las fuerzas españolas menguaban. El quince de agosto de 1898 Tayabas capituló, dos días después del final oficial de la guerra y de la rendición de Manila. Los veinte oficiales y ciento setenta y cinco españoles supervivientes se rindieron. Habían infligido mil quinientas bajas al ejército filipino de quince mil hombres que los asediaban. El documento del Acta de capitulación de la Plaza de Tayabas forma parte del fondo del Archivo del Museo Naval, se encuentra digitalizado y puedes acceder al texto completo, en el Portal Virtual de Defensa.

El gobierno español no sabía donde se encontraban estos prisioneros, ni se preocuparon de ello. No llegaban medicinas, cartas familiares ni mucho menos pagas. Los oficiales eran separados de los soldados.
Medio año después, en marzo de 1899,los oficiales de Tayabas seguían prisionerosy tomaron una dramática decisión: uno de ellos había de fugarse para informar a las autoridades españolas de su situación.El comandante Pacheco escapó hacia Manila, donde se encontraban los estadounidenses, mientras los demás intentaban ocultar su fuga. Pacheco logró atravesar el territorio tagalo y el frente de guerra-ahora los filipinos combatían contra los norteamericanos-y alcanzó Manila. Pero no consiguió hacer mella en la inflexible burocracia española, más preocupada por desmantelar los últimos restos de la administración colonial que por rescatar prisioneros perdidos en la selva.
La suerte de los presos empeoró aún mas tras la fuga de Pacheco. En mayo, al no recibir noticias, decidieron escapar todos juntos. Fueron capturados y encerrados en celdas subterráneas que se llenaban de agua con las crecidas de un rio. Se salvaron los tenientes Mediano y Viamonte gracias a sus elevadas estaturas, junto con aquellos oficiales que se aferraron a ellos. El teniente mediano además fue colocado hasta en tres ocasiones contra el paredón de fusilamiento, salvándose las tres en el último instante.
Por fin los oficiales supervivientes de Tayabas fueron trasladados a un campo de prisioneros en Rosario, donde se recuperaron de sus padecimientos. Pero seguían cautivos y olvidados y sin poder comunicarse con sus familias.
El tres de Junio de 1899 finalizaba la repatriación oficial de prisioneros. Poco después se rendían los últimos de Baler y también regresaron a España. Pero después de los últimos de filipinas aun quedaban dispersos por la selva, cinco mil soldados españoles, olvidados por el España...Solo los recordaban sus familiares sin saber si estarían vivos o muertos.
En 1900, el ejército norteamericano conquista Lipa, a pocos kilómetros de Rosario, donde también se encontraban algunos presos españoles, que pidieron al coronel estadounidense que rescatase a los cautivos de Rosario, los últimos prisioneros de Filipinas. Pero Rosario no poseía ningún valor estratégico y el 38 de voluntarios de los Estados Unidos tenía órdenes de dirigirse hacia Batangas. Por fortuna,un ingenioso soldado español fugado de Rosario consiguió engañar a los norteamericanos mediante un ardid y el coronel Anderson lanzo a su caballería hacia Rosario.
Por fin, tras 17 meses de muchas penurias, Mariano Mediano y los suyos, fueron liberados por los norteamericanos. Solo quedaban 5 oficiales y 55 hombres de tropa. En la fotografía del Museo del Ejército en la Biblioteca Virtual de Defensa puede verse el retrato colectivo en posición frontal de seis personajes masculinos, supervivientes del Asedio de Tayabas. En el centro el capitán de Infantería Mariano Mediano Vilar, con un grupo de 5 oficiales,cuatro de ellos sentados en silla y uno en el centro sentado en el suelo, que sostiene un cartel que reza "AL SALIR DEL CAUTIVERIO".
Los supervivientes embarcaron en Manila rumbo a España en el vapor Isla de Panay. Hay quien dice que estos fueron los verdaderos últimos de Filipinas ya que los héroes de Baler, conocidos como los últimos de Filipinas salieron el dos de junio de 1899, con honor de la iglesia que les había recogido durante trescientos treinta y siete días.
Carmen García
Social Media de la Fundación Museo Naval
Para saber más:
Biblioteca Virtual de Defensa
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