Francisco de Miranda el preso más ilustre del penal de La Carraca

El 14 de julio de 2016 se cumplen 200 años de la muerte en La Carraca de Francisco de Miranda, sin duda el más ilustre recluso del penal de las cuatro torres del arsenal de La Carraca, un personaje complejo y sin duda muy interesante para la Historia Universal.
Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez, conocido como Francisco de Miranda (Caracas, 28 de marzo de 1750-San Fernando, Cádiz, 14 de julio de 1816), fue un político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo, español y venezolano.
Partícipó de la Independencia de los Estados Unidos, en la Revolución Francesa y posteriormente en la Independencia de Venezuela, siendo líder del «Bando Patriota» y gobernante de la Primera República de Venezuela, en calidad de Dictador Plenipotenciario y Jefe Supremo de los Estados de Venezuela.
Destacó en la política como defensor de la independencia y la soberanía de las naciones en el ámbito internacional. Militó con los girondinos en Francia, fue firmante del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela e impulsor y líder de la Sociedad Patriótica. Creador del proyecto geopolítico de la Gran Colombia que Simón Bolívar trataría de llevar a cabo tras la liberación de Colombia, Ecuador y Venezuela en 1826, aspirando a unificarlos en una sola nación.
Militar en las filas de los ejércitos español y francés, alcanzó los rangos de coronel y mariscal, respectivamente. Además, obtuvo el grado de coronel en el ejército ruso, concedido por Catalina II la Grande, y fue el primer comandante en jefe de los ejércitos venezolanos, ostentando el título de generalísimo. Su carrera militar contempla su participación en: el sitio de Melilla (1774) y el ataque a Argel (1775) en el norte de África, la Guerra de Independencia Estadounidense, las Guerras Revolucionarias Francesas y la Guerra de Independencia de Venezuela. Entre sus gestas militares destacan su actuación en el sitio de Melilla, la batalla de Pensacola y la batalla de Valmy.
Su nombre está grabado en el Arco del Triunfo de París. Su retrato forma parte de la «Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles»; su estatua se encuentra frente a la del general Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.
Su juventud
Los orígenes de Francisco de Miranda fueron relativamente humildes. Su padre era español, de Tenerife, se sospechaba que era mestizo de guanche, cosa que intentó limpiar toda su vida. Alcanzada cierta holgura económica, trató de demostrar en juicio que sus orígenes eran «puros» para así poder obtener privilegios sociales.
En Caracas se estableció como comerciante y contrajo matrimonio con la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez de Espinosa, también de origen canario. El primogénito de nueve hijos del matrimonio, Sebastián Francisco de Miranda, nació el 28 de marzo de 1750.
El 10 de enero de 1762, Miranda comenzó sus estudios en la Universidad de Caracas y durante dos años estudió latín, los inicios de la Gramática de Nebrija y el Catecismo de Ripalda. Desde el año 1764 hasta 1766, Miranda cursó estudios en la Clase de Mayores de la misma Universidad, Finalmente, realizó el curso de Artes en la Universidad de Caracas estudiando Lógica, Física y Metafísica y obtuvo el título de bachiller que permitía el acceso a Teología, Jurisprudencia o Medicina.
Con poco más de 20 años, decide marcharse a España. Embarcó el 25 de enero de 1771, desde el puerto de La Guaira para servir en el Ejército español. Desembarcó en el Puerto de Cádiz el 1 de marzo de 1771, para seguir su viaje de Cádiz a Madrid.
Después de una concienzuda preparación y del pago de 85000 reales de vellón, obtuvo una Patente de Capitán según el trámite administrativo correspondiente, que le fue concedida el 7 de enero de 1773 mediante escritura notarial.
Tras serle concedida la patente, el ahora Capitán Francisco de Miranda fue asignado al Regimiento de Infantería de la Princesa, al mando del Mariscal de Campo Juan Manuel de Cajigal y Monserrat, un criollo nacido en La Habana, con el que entablaría una gran amistad.
Desde 1773 hasta 1780, Miranda estuvo asignado en las plazas militares de Madrid, Granada, Melilla y Cádiz de forma intermitente. Enfrentó problemas disciplinarios dentro del Ejército y siguió cultivándose intelectualmente con libros que inevitablemente hicieron que la Inquisición comenzara a vigilar sus actividades.
En esta época tuvo lugar su primera hazaña militar durante el sitio de Melilla, del 9 de diciembre de 1774 hasta el 19 de marzo de 1775, en el que las fuerzas españolas lograron rechazar a las del sultán de Marruecos Sidi Muhammed ben Abdallah. En julio de 1775, Miranda fue enviado con las tropas españolas destinadas a atacar Argel en una acción militar que fracasó y de la que logró escapar milagrosamente pero herido en las piernas.
Fue destinado a la guarnición de Cádiz. Allí el Conde O'Reilly le impone un arresto por falta de uniformidad y poco después su situación se complicó aún más en Madrid por sus problemas con la Inquisición. Tras la intervención del inspector general y de su antiguo comandante Cajigal, el mismo rey dispuso que fuera trasladado al Batallón de Aragón en Cádiz como Ayudante de campo bajo las órdenes de Cajigal.
Misiones en Norteamérica y las Antillas.
España se involucró en la Guerra de Independencia de Estados Unidos. Bernardo de Gálvez, atacó en 1779 a los británicos en Baton Rouge y Natchez, consiguiendo liberar la cuenca baja del río Misisipi de fuerzas hostiles que pudieran amenazar su capital, Nueva Orleans.
Para reforzar el contingente español se organizó en Cádiz una flota expedicionaria a principios de 1780 al mando del jefe de escuadra D. José Solano y Bote, en la que Miranda participó como miembro de las tropas de infantería de Cajigal. La flota partió de Cádiz el 28 de abril de 1780 y llegó a La Habana el 4 de agosto de 1780.
En 1781 se preparó un ataque contra Pensacola de la Florida en una acción conjunta en la que debían participar las fuerzas españolas de Luisiana y la flota expedicionaria. Miranda viajó con las fuerzas de Cajigal que salieron de La Habana el 9 de abril de 1781 para participar en la batalla de Pensacola, acción militar que culminó el 8 de mayo de 1781 con victoria de las fuerzas españolas. Miranda fue ascendido a teniente coronel por su labor en la planificación y estudio del terreno.
El interés de Miranda por las obras científicas le llevó a ser tachado de heterodoxo, la Inquisición le reclama el 11 de noviembre de 1778 por delitos de proposiciones, tenencia de libros prohibidos y pinturas obscenas. La orden de enviar a Miranda de regreso a España, en cumplimiento de la sentencia del 5 de febrero de 1782 del Supremo Consejo Inquisitorial, no llegó a cumplirse debido a diversos fallos de fondo y forma en el proceso administrativo que hacían que la orden se cuestionase, y también en parte por el apoyo incondicional del comandante Cajigal.
Mientras se conseguía que el rey revisara el caso, Cajigal encomendó a Miranda la misión de acompañarle en el ataque a las islas Bahamas, en el que se logró la capitulación inglesa el 8 de mayo de 1782 a favor de España en unas negociaciones dirigidas por Miranda y en las que consiguió, además, la cesión de todas las islas.La eficiencia demostrada por Miranda en las Bahamas le valió entonces la recomendación de Cajigal para que fuera ascendido a coronel y pasó a estar bajo las órdenes del comandante general de las fuerzas españolas en Cuba, Bernardo de Gálvez, como ayudante de campo en la población de Guárico, en la isla de La Española.
En aquel momento los españoles estaban preparando una acción conjunta con los franceses para invadir Jamaica (último reducto inglés en el Golfo de México). Los mandos consideraban a Miranda la persona idónea para planificar las operaciones por tener un conocimiento de primera mano de la situación de los ingleses en la zona.No obstante, un ataque preventivo de los ingleses y las dificultades de la flota francesa, que forzaron la paz entre Inglaterra y Francia, hicieron que la invasión no se concretara, y por lo tanto Miranda permaneció así un tiempo en Guárico, en el que la Inquisición sería su principal problema.
En Estados Unidos
Al no concretarse la invasión de Jamaica, las prioridades para las autoridades españolas cambiaron y por consiguiente el proceso de la Inquisición contra Miranda tomó un nuevo impulso. Con el tiempo los problemas de Miranda con la Inquisición se complicaron y le envían a La Habana para ser detenido y enviado a España, pero por diversas circunstancias estos planes se ven frustrados y ante la inminencia de su arresto decide irse a los Estados Unidos. Gracias al apoyo de Cajigal consigue escapar.
Desembarcó el 10 de julio de 1783 , ya terminada su guerra de independencia, y en una etapa de reconstrucción en que se debatía sobre la forma política a adoptar entre el federalismo o la confederación. Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Miranda realizó un estudio crítico sobre sus defensas militares en el que demostró un conocimiento amplio sobre el desarrollo del conflicto norteamericano y sus circunstancias.
Pasa por Charleston, Filadelfia y Boston y va tratando con diversos personajes de la sociedad estadounidense en veladas y paseos.Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Miranda conoció a George Washington en Filadelfia También conoció a otros personajes como el general Henry Knox o Samuel Adams. Además, tuvo conocimiento de ciertas instituciones de la nueva nación que lo impresionaron favorablemente, como la biblioteca de New Port, el Princeton College, Rhode Island College o el Cambridge College.
La permanencia de Miranda en los Estados Unidos se vio afectada por el conflicto de intereses entre Francia y España en este país después de la guerra, ya que los franceses no estaban interesados en que se divulgaran demasiado los aspectos negativos de su intervención en el conflicto, y el fracaso de la invasión de Jamaica era uno de ellos. Al parecer se habían enviado informes desde La Habana al gobierno norteamericano que acusaban a Miranda como un traidor y desertor, informes que fueron divulgados por los franceses para perjudicarle, puesto que él era la única persona que podía desmentir la acusación del fracaso de la invasión de Jamaica como responsabilidad de España. La difusión de estos informes hizo que la situación de Miranda fuera comprometida, dado que no podía defenderse sin divulgar los detalles de su misión de espionaje en Jamaica que eran secreto de Estado, y por lo tanto, ante esta situación, decide marcharse a Inglaterra.
En Europa: de Inglaterra a Rusia
El 15 de diciembre de 1784, Miranda salió del puerto de Boston rumbo a Londres, y llegó a Inglaterra el 10 de febrero de 1785. En Londres, Miranda fue vigilado discretamente por los españoles ante las sospechas de traición que recaían sobre él. Los informes que redactaron resaltan tanto los tratos que mantuvo Miranda con personas sospechosas de conspirar contra España como con personajes considerados eminentes sabios de su tiempo.
Por esa misma época llegó a la corte de Inglaterra, el coronel William Stephens Smith, a quien Miranda conocía de su estancia en Nueva York. Miranda y el coronel Smith decidieron viajar a Prusia para presenciar las maniobras militares preparadas por el rey Federico II el Grande. Bernardo del Campo, embajador de España en la capital británica desde 1783, proporcionó a Miranda una carta de presentación para el ministro de España en Berlín, mientras que James Penman, hombre de negocios inglés con quien Miranda había trabado amistad en Charleston, se encargó de guardarle sus papeles mientras estuviera de viaje. Sin embargo, la amabilidad del embajador español encubre su intriga para lograr que Miranda viaje a Calais y allí pueda ser apresado y entregado a España. La farsa, que asignaba también un papel a la esposa y a la hija del vicecónsul español en Londres con el pretexto de salir de Inglaterra para ingresar a la joven en un monasterio, se desbarató porque el venezolano y su amigo se dirigieron el 10 de agosto de 1785 a un puerto holandés y no a la ciudad del norte de Francia.
Miranda en la Revolución Francesa
En 1791, Miranda tomó parte activa en la Revolución francesa. En 1792, Miranda participó en la Batalla de Valmy, uno de los episodios bélicos más importantes de las Guerras Revolucionarias Francesas. En París, hizo amistad con los girondinos Jacques Pierre Brissot y Jérôme Pétion de Villeneuve. Sirvió brevemente como general en una sección del Ejército revolucionario francés (llamado entonces «La Convención») que luchó en la campaña de 1792 para detener el avance del ejército prusiano. Miranda alcanzó el grado de mariscal de Francia bajo el mando de Charles François Dumouriez. Durante la campaña participó en las batallas de Argonne, Wargemoulin, Amberes, Lieja, Tongres, Paliemberg y Valmy, donde llegó a ser segundo jefe del ejército del norte, del cual se separaría por grandes diferencias con Dumouriez tras haber replegado sus tropas en Maastricht.
Durante el reinado del terror instituido por Robespierre, Miranda fue arrestado varias veces por los jacobinos, incluso en La Conciergerie de París, cuyos reclusos eran guillotinados en su mayoría. Sometido a juicio en el Tribunal Revolucionario por supuesta negligencia en la defensa de Maastricht, fue defendido por Claude Chaveau-Lagarde -insigne abogado que defenderá, a riesgo propio y sin el mismo éxito, a la reina María Antonieta de Austria-, siendo amenazado con ser deportado después de una medida del Directorio de la Monarquía y los Girondinos. Sin embargo, fue absuelto de los cargos en 1795 y se trasladó a Inglaterra en 1798.
América del Sur (1806–1812)
El 9 de noviembre de 1804, Miranda desembarca en Nueva York procedente del Reino Unido. Allí, permaneció algo más de un año y mantuvo contactos con destacadas personalidades. El 2 de febrero de 1806, con el beneplácito político y el apoyo económico de estadounidenses y británicos, Miranda partió en la Leander, una corbeta a la que rebautizó con el nombre en inglés de su hijo, hacia Haití, donde se le sumarían dos goletas y el buque Emperador. Su intención era desembarcar posteriormente en Venezuela, obtener el apoyo de la población y comenzar la lucha definitiva por la independencia.
La corbeta llegó a la isla de La Española, el 20 de febrero. Allí permaneció la expedición seis semanas y consiguió fletar las goletas Bacchus y Bee, con las que también se dirigió a tierra firme. Después de fracasar en el desembarco de Ocumare de la Costa, donde entabló combate con las fuerzas navales realistas al mando de Antonio Tiscar, se refugió en Trinidad, adonde llegó con un solo navío, la corbeta Leander. La flota realista escoltó a las dos goletas hasta Puerto Cabello junto a 58 prisioneros que fueron encerrados en el Castillo de San Felipe. En represalia, 10 prisioneros, en su mayoría estadounidenses acusados de pirateria, fueron ahorcados y descuartizados en la plaza mayor de Puerto Cabello el 21 de julio de 1806. Los demás sufrirían prisión por más de diez años. El gobernador británico de Trinidad Sir Thomas Picton le facilitó a Miranda buques y pertrechos. Con una expedición aumentada ahora a 11 buques y 300 hombres de desembarco, llega a las costas de Coro el 1º de agosto de 1806. En la madrugada del día 3, mientras los buques descargaban su artillería, Miranda y sus hombres se precipitan a tierra. Ese mismo día, en lo alto del Fortín de la Vela, la bandera venezolana tricolor fue izada por primera vez. No obstante, al no encontrar apoyo popular, se reembarcó diez días después con rumbo a Aruba y luego de algún tiempo en las islas británicas del Caribe se dirige a Inglaterra.
El 19 de abril de 1810, Venezuela inició su proceso independentista, por lo que Simón Bolívar y Andrés Bello persuadieron a Miranda, en misión diplomática en Londres, para que volviera a su tierra natal. Miranda fue recibido con honores en el Puerto de La Guaira. En Caracas se le confiere el grado de general del ejército y funda la Sociedad Patriótica, que se convertirá en la principal promotora del rompimiento con España. Posteriormente es elegido diputado en la provincia de Caracas, al congreso constituyente de 1811. El 5 de julio de 1811, tuvo el honor de firmar el Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela. Más tarde, ante el avance de las tropas españolas al mando de Domingo Monteverde en 1812, asumió la presidencia con poderes discrecionales, tras ser nombrado el 23 de abril dictador por el Triunvirato ejecutivo con el rango de generalísimo.
Las fuerzas realistas contraatacaron, pero Miranda era incapaz de pasar a la ofensiva por las constantes deserciones que se daban en sus tropas, situación agravada por el Terremoto de Venezuela de 1812 (12 de marzo) que afectó a centros poblados bajo control de los patriotas, además de la impopularidad de la causa de la independencia en la sociedad venezolana. Miranda intentó resistir el ataque realista pero la caída de la plaza de Puerto Cabello (bajo el comando de Simón Bolívar), la rebelión de los esclavos de Barlovento, así como el creciente número de los ejércitos españoles que le atacaban (Monteverde desde Valencia y Yáñez desde Calabozo), le hicieron imposible resistir.
Temiendo una derrota brutal y desesperado, en correspondencia con el Decreto del 23 de abril de 1812, que le había otorgado el cargo de dictador plenipotenciario y jefe supremo, con rango de generalísimo , Miranda firma la capitulación del ejército patriota, el 25 de julio de 1812, en la ciudad de San Mateo, hecho que generaría confusión y se interpretaría como una traición, por lo que antes de embarcarse en el puerto de La Guaira y salir rumbo al exterior para proseguir la lucha, un grupo de oficiales dirigidos por Bolívar apresaron a Miranda, y el coronel José Mires lo encerró en el fuerte San Carlos el día 31 de julio. Al parecer, la intención de Bolívar habría sido fusilarlo por considerar que el pacto de San Mateo era un acto de traición, pero finalmente, atendiendo diversos consejos, Miranda fue encarcelado bajo el coronel Manuel María de las Casas, comandante militar del puerto, quien en secreto se pasó al bando español, entregando a Miranda a Domingo de Monteverde, junto con los demás refugiados que no habían conseguido zarpar (Simón Bolívar desconocía la traición de Manuel María de las Casas, y se dirigió entonces a Caracas, ya en manos de los realistas, donde gracias a la intercesión de algunas amistades en el bando enemigo, obtuvo un pasaporte de Domingo de Monteverde, de quien se dice que expresó textualmente "Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda", tiempo después de salir de Venezuela, Bolívar regresaría a reiniciar la guerra).
El penal de las 4 torres de La Carraca
Desde el puerto de La Guaira, Miranda fue transportado al Castillo San Felipe de Puerto Cabello, donde a principios de 1813 escribe desde su celda un memorial a la Real Audiencia de Caracas exigiendo el cumplimiento de la capitulación de San Mateo. El 4 de junio de 1813 es trasladado a la fortaleza de El Morro, ubicada en Puerto Rico, y de allí a España, donde es encerrado en el calabozo del penal de las Cuatro Torres del arsenal de la Carraca en San Fernando de Cádiz.
Desde tiempos inmemoriales la población reclusa fue mano de obra en los arsenales y galeras, bien como chusma para remar, para achicar agua en los diques secos de los arsenales o para la construcción de los arsenales. Para albergar a este tipo de población, se edificó un Presidio en La Carraca.
Las Cuatro Torres fue un proyecto elaborado por Juan Cevada, aprobado el 24 de junio de 1763. Se realizó con mampostería, como el resto de edificaciones del Arsenal. Se termina en 1765, teniendo capacidad para unos 2.000 presos. Las torres servirían de alojamiento de los capataces y para las oficinas. Se ubicó en un islote, entre los caños San Fernando y la Culebra, muy próximo a la batería de Santa Lucía.
Sin duda el más ilustre preso de la historia del penal de las cuatro torres fue Francisco de Miranda. Allí permaneció cuatro años encerrado en la Carraca, y en ella murió el año 1816, tras una larga agonía por una apoplejía, a los 66 años de edad el 14 de julio de 1816. Fue enterrado en una fosa común en el cementerio del Arsenal de la Carraca.
Carmen García
Social Media de la Fundación Museo Naval
Para saber más:
https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Miranda
El presidio del Arsenal de la Carraca en La Clepsidra http://la-clepsidra.blogspot.com.es/2012/06/el-presidio-del-arsenal-de-la-carraca.html

Arsenal de la Carraca en San Fernando

Penal de las 4 torres en el Arsenal de La Carraca