La contribución a la creación de servicios aéreos en España

Tráfico, plataformas de exploración petrolífera, localización de bancos de atunes, salvamento marítimo, lucha contra incendios, ...

La especial dedicación de la Armada a los helicópteros desde 1953 sirvió para proyectar su conocimiento de estas aeronaves a la sociedad española. Es un caso más de la contribución de la Armada a otros ámbitos de la actividad nacional. Los pilotos navales aportaron su “Saber Hacer” al desarrollo de los servicios aéreos en España.

La primera ocasión fue en 1961, con la creación del Negociado de Helicópteros de la Jefatura Central de Tráfico, que adquirió dos helicópteros AB-47G equipados con camillas exteriores sobre los patines. La Patrulla Experimental de Helicópteros de la Región Centro, integrada por tres pilotos, uno de cada ejército y dos mecánicos, tuvo como representantes de la Armada al Teniente de Navío Buyo Couto y al mecánico Carrasco Iniesta. A partir de esa fecha y hasta 1990, otros miembros de la Armada pasaron a prestar servicio para la Dirección General de Tráfico. Cabe destacar al Comandante de Infantería de Marina Pedro Pasquín que permaneció en este servicio durante veintitrés años, de los que doce fueron como responsable del servicio.

Entre los años 1981 y 1985, pilotos navales pusieron en marcha la compañía “HeliEspaña”, con dos helicópteros BO-105 para dar apoyo a plataformas de exploración petrolífera en la zona de Reus, Oporto, Bilbao y Alicante, lo que proporcionó una experiencia previa a otras empresas para acometer este servicio.

En 1981, la División de Aeronaves de “Albacora” incorporó helicópteros embarcados para el reconocimiento y localización de bancos de atunes. En estos mismos años, se organizó la gestión de los helicópteros que operaron pilotos navales, hasta 1993, con el modelo de mantenimiento y operaciones de la Flotilla de Aeronaves de la Armada.

En 1984, otro piloto naval, creó la empresa “Hispánica de Aviación” que dirigió durante 20 años y que comenzó su actividad en 1986 para salvamento, contra incendios y otros trabajos aéreos.

Finalmente, en 1990, la Consejería de Pesca, Marisqueo y Acuicultura de la Junta de Galicia creó el servicio de salvamento marítimo H24, formado por dos helicópteros y un remolcador, bajo la orientación del Teniente de Navío Novoa Sanjurjo que, con pilotos navales, constituyó el núcleo que aportaría su experiencia en operaciones sobre la mar con procedimientos de la Flotilla de Aeronaves.